En nuestra nueva bodega conseguimos controlar con precisión la temperatura de la fermentación alcohólica. Elaboramos nuestros vinos en depósitos de hormigón celular de 3000 litros, debido a que la porosidad de este material permite que el vino continúe respirando.

La fermentación se desarrolla con levaduras autóctonas, estabilización del vino de forma natural por precipitación por su propia gravedad, sin gelatina ni huevos ni ningún otro producto animal.

Después de terminar naturalmente la fermentación alcohólica se prensa en una prensa vertical de aire, que no extrae el exceso de piel de la uva. Después del prensado se pasa a la fermentación maloláctica en barricas de roble francés, donde la madera contribuirá a domar el vino lo necesario para su óptimo paladar.